viernes, 22 de noviembre de 2013

Enfermedades de las Vías Respiratorias

Hemorragia de Origen Pulmonar.


     Las hemorragias procedentes del esófago, estomago y duodeno frecuente que puede obedecer a distintas causas. En casos de hemorragia masiva, cabe pensar en dolencias bronquiales, tumores pulmonares o tuberculosis pulmonar. Las hemorragias pequeñas pueden producirse por inflamación pulmonar o congestión pulmonar debida a una cardiopatía.

     La sangre que sale de los pulmones tiene, por lo general, color rojo claro y es espumosa, al contrario de la procedente del estomago. Parte de la sangre procedente de los pulmones puede deglutirse y luego vomitarse. Con frecuencia la hemorragia se produce sin tos. Es conveniente recabar la presencia del medico y, mientras éste llega, tomar las siguientes medidas de urgencia.

  • Reposo total en el lecho en posición semifowler.
  • Tranquilizar al paciente.
  • Aplicar paños fríos o una bolsa de hielo sobre la caja torácica, en el lado que sangre.

Hemorragia nasal (Epistaxis)


     Casi todos hemos padecido alguna vez una hemorragia nasal, que hemos considerado molesta, pero sin tomarla en serio. La sangre suele proceder de la parte posterior del tabique nasal, zona muy vascularizada, con una tupida red de vasos bajo la mucosa nasal y que sangra fácilmente.
     
     La de la hemorragia puede ser traumática o patológica, como síntoma de una serie de dolencias nasales o de las zonas vecinas. A veces, la hemorragia nasal es síntoma de una fractura de la base del cráneo.

   En muchos casos puede ser un síntoma precoz de enfermedades graves, como la hipertension arterial, dolencias hepáticas y enfermedades de los vasos o de la sangre (trastornos del proceso de circulación).

     El principio de una infección gripal produce cierta propensión a sangrar por la nariz. Por lo general, la hemorragia nasal se suele cohibir sola, sobrando cualquier medida. Si la hemorragia persiste, los métodos que se citan a continuación suelen ser eficaces para contenerla:

  • Presionar el orificio nasal que sangra.
  • Estar tendido, ya que estar de pie aumenta la hemorragia.
  • Cubrir frente, nariz y cuello con paños mojados en agua fria, que se renovaran frecuentemente.
Por el contrario, no se deberá:

  • Intentar echar agua dentro de la nariz, porque la hemorragia continuaría.
  • No emplear algodón empapado con solución de percloruro de hierro como hemostático, porque dañaría las mucosas nasales.
Si con las medidas expuestas no se consigue inhibir la hemorragia, habrá que  someter al paciente a reconocimiento médico.


Hipo

     Este fenómeno, que a veces suele durar bastante, se produce por contracciones involuntarias en el diafragma. Con dichas contracciones se interrumpe bruscamente la aspiración y, por el cierre de las cuerdas vocales, se produce el típico ruido que da nombre a la afección. Sus consecuencias no son peligrosas y suelen cesar con rapidez, pero si se prolonga demasiado suele ser de cuidado y necesitar de tratamiento medico.

Se consigue mejorarlo, y a veces suprimirlo:
  • Aguantando la respiración.
  • Estornudando.
  • Bebiendo un liquido cualquiera en pequeños sorbos.





     

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