El dolor dirige la atención a una determinada región anatómica y, a menudo aunque no siempre, indica lesión tisular. Obtendrá con precisión el diagnóstico al escudriñar los atributos del dolor, utilizando el acrónimo PQRST como una mnemónica que se explica a continuación; el mismo cuestionamiento es útil para otros síntomas.
P: Factores provocativos y paliativos
La aparición de dolor con movimientos específicos implica la dislocación de las estructuras por el movimiento. Confirme la ubicación al presionar y producir dolor. Por el contrario, si una parte en reposo alivia el dolor, es probable que los tejidos sean la fuente del mismo. Es factible realizar intervenciones terapéuticas para obtener el diagnóstico: el dolor torácico aliviado por nitroglicerina sugiere angina de pecho, mientras que el alivio por antiácidos indica enfermedad ácido-péptica.
Q: Calidad (Quality)
La calidad del dolor también ayuda al médico en la búsqueda de un diagnóstico. El dolor somático, derivado de la piel, músculos esqueléticos, huesos, ligamentos, tendones y tejidos blandos, suele ser descrito como agudo o punzante y está bien localizado; el paciente quizá señale el sitio de máximo dolor. Si el dolor visceral resulta de la isquemia, inflamación u otras lesiones en las vísceras de la cavidad corporal está muy mal localizado, el enfermo sólo conseguirá indicar un área o áreas del dolor, a menudo describiéndolo como profundo o interno. En calidad, es un dolor sordo, constante, opresivo y a menudo acompañado de síntomas autonómicos como náuseas, vómitos, diaforesis e íleo. El dolor neuropático es secundario a daños en las células nerviosas, más que por otros tejidos; por lo general es descrito como ardor o dolor quemante en la distribución del nervio o los nervios afectados. Tales distinciones están lejos de ser exactas, pero son útiles desde el punto de vista clínico. El dolor punzante por lo general resulta de la irritación de un nervio troncal. Desplazamiento de los tejidos inflamados en torno a una palpitante arteria provoca dolor palpitante.
R: Región y referencia
El dolor por lo general está limitado a una o más regiones anatómicas que el paciente es capaz de señalar. Debido a que cada región compromete a un grupo separado de tejidos y órganos, el significado diagnóstico del dolor se discute en este libro en los capítulos que tratan con el examen de cada región. El dolor también es referido en las regiones anatómicas cercanas que siguen al desarrollo y a los principios de organización neurológica. La lesión del nervio puede referir dolor, y a menudo como parestesias, en la distribución del (de los) dermatoma(s) en donde está el componente sensorial del nervio. El dolor muscular es referido hacia los músculos inervados por o derivados de los mismos segmentos de la columna vertebral (miotomo). Del mismo modo, el dolor esquelético es radiado a las estructuras inervadas por o derivadas de los mismos segmentos de la columna vertebral (esclerotomo).
S: Severidad
Pruebas con un estímulo doloroso de intensidad controlada indican que los individuos tienen notablemente umbrales similares para el dolor. Sin embargo, los enfermos varían enormemente en sus reacciones al dolor y el miedo puede agravarlo. La evaluación de la severidad de éste es el indicado por el sistema de salud. El dolor es una sensación subjetiva, de modo que la declaración del paciente debe ser aceptada sin debate. Es útil para calibrar el dolor en una escala de 0 a 10: con 0 como la ausencia de dolor y 10 para el peor dolor. Los registros del dolor se utilizan para seguir su progresión y la respuesta a su manejo. Es útil comunicar los objetivos a la persona que cuidará del paciente para el alivio del dolor: “Deberíamos ser capaces de reducir su dolor a un 3/10”. El dolor intenso suele ir acompañado de signos fisiológicos, un aspecto de aprehensión, posturas corporales (protección de un miembro, defensa abdominal), sudoración, palidez, dilatación pupilar, hipertensión, taquicardia, náuseas y vómitos.
T: Tiempo
A menudo, el inicio y la duración del dolor indican su causa. El dolor que es insidioso en su inicio y que de modo implacable progresa sin medidas paliativas, sugiere dolor oncológico o presión aumentada en un espacio cerrado (p. ej., presión intracraneal, dolor de muelas). Episodios intermitentes de dolor sugieren una predisposición subyacente con eventos episódicos específicos (p. ej., el movimiento de los litos en el riñón, obstrucción intestinal intermitente). Un episodio puede ser corto o prolongado, constante, que em- peora o cede en olas. El dolor es, durante el día, común a condiciones en las que el movimiento muscular causa dolor; el alivio durante el día sugiere rigidez muscular o de las articulaciones, la cual mejora con el movimiento. Es común que surja dolor por la noche cuando se relajan los espasmos musculares de la protección de los tejidos dolorosos o tras la ausencia de información sensorial competitiva que permite al dolor persistente de un incesante proceso convertirse en dominante, lo que es típico del dolor óseo.
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