Nikolai Sergeevich Korotkoff
Fue un médico militar ruso muy interesado en el equipo que el italiano Scipione Riva-Rocci inventó en 1896, disponía de un brazalete inflable con aire por medio de un pera de caucho, que al tiempo que dilataba el brazalete braquial enrollado sobre el brazo, hacía ascender mercurio en una columna de vidrio milimetrada conectada al otro extremo de un tubo en Y.En 1905 ya se sabía que la presión arterial tenía dos componentes. Korotkoff, utilizando el esfigmomanómetro de Riva-Rocci, aplicaba el estetoscopio sobre la arteria braquial durante el desinflado progresivo y lento del brazalete. Con esto, llegó a identificar y describir hasta 5 tipos distintos de ruido, que la sangre provoca al pasar a través de la arteria en estado de descompresión paulatina.
La arteria braquial es ocluida con un brazalete colocado alrededor del brazo e inflado por encima de la presión sistólica. En la medida en que se desinfla gradualmente, el flujo sanguíneo pulsátil es reestablecido y acompañado por sonidos que pueden ser detectados por un estetoscopio colocado sobre la arteria, justo por debajo del brazalete.
Tradicionalmente los sonidos fueron clasificados por Korotkoff en 5 fases:
- Fase I: aparición de sonidos descritos como claros golpecitos correspondientes a la aparición del pulso palpable: Indica la presión sistólica
- Fase II: los sonidos se hacen más suaves y largos: son oídos en la mayor parte del espacio entre las presiones sistólica y diastólica.
- Fase III: los sonidos se hacen más secos y fuertes.
- Fase IV: los sonidos se hacen más suaves y amortiguados.
- Fase V: los sonidos desaparecen completamente. Es el silencio que se oye en el momento que la presión del brazalete cae por debajo de la presión diastólica. Esta fase es registrada con el último sonido audible.
Se piensa que los ruidos se originan por una combinación de flujo turbulento y oscilaciones de la pared arterial. Hay un acuerdo que el inicio de la fase I corresponde a la presión sistólica, aunque tiende a subestimarla, de acuerdo a registros de presión directa intraarterial. La desaparición de los sonidos (fase V) corresponde a la presión diastólica, aunque tiende a ocurrir antes de la presión diastólica determinada por medición intraarterial. Las fases II y III no tienen significancia clínica. El método de los sonidos de Korotkoff tiende a dar valor para la presión sistólica que es más baja que la verdadera presión intraarterial y valores para la diastólica que es más alta.
El rango de discrepancias es muy estrecho y la diferencia entre los dos métodos podría ser tan alta como de 25 mmHg en algunos individuos. En el pasado ha existido desacuerdo con respecto a si la fase IV o la fase V debían ser usadas para el registro de la presión arterial diastólica, pero la fase IV tiende a ser aún más alta que la fase V, cuando se compara con la verdadera presión intraarterial diastólica y además es más difícil de identificar que la fase V. Actualmente hay consenso general que la quinta fase debe ser usada, excepto en situaciones en las cuales la desaparición de los sonidos no se produce y los mismos son audibles aún después de la completa deflación del brazalete, por ejemplo en mujeres embarazadas, en pacientes con fístulas arteriovenosas para hemodiálisis y en presencia de insuficiencia aórtica. La mayoría de los estudios clínicos a gran escala que han evaluado los beneficios del tratamiento de la hipertensión han usado la quinta fase.
En pacientes ancianos con una amplia presión del pulso, los sonidos de Korotkoff pueden ser inaudibles entre las presiones sistólica y diastólica y reaparecer en la medida que se desinfla el brazalete. Este fenómeno es conocido como vacío o brecha auscultatoria. En algunos casos, esto puede ocurrir por fluctuaciones de la presión intraarterial y es más probable que ocurra en pacientes con daño de órganos blanco. La brecha auscultatoria puede ser eliminada con la elevación del brazo por encima de la cabeza por 30 segundos antes de inflar el brazalete, llevándolo a continuación a la posición usual para continuar la medición. Esta maniobra reduce el volumen vascular en el brazo y mejora el influjo para aumentar los sonidos de Korotkoff.
Una precisa medición auscultatoria de la presión arterial en el consultorio es la piedra angular del diagnóstico y tratamiento de la hipertensión arterial y ha sido el método estándar usado en la mayoría de los estudios epidemiológicos y de tratamiento en los pasados 50 años. Sin embargo, se comienza a tener claro que como es un procedimiento utilizado en la práctica diaria, tiene muchos y grandes defectos. Así, estudios de los dispositivos de mercurio utilizados en la práctica clínica han demostrado que frecuentemente presentan defectos mecánicos e incluso los médicos raramente siguen los lineamientos oficiales para su uso. Además se presenta el fenómeno del efecto de la bata blanca, por lo que las presiones registradas pueden no ser representativas de la verdadera presión arterial del paciente.
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