domingo, 26 de enero de 2014

La escala de Glasgow


La escala de Glasgow, una de las más utilizadas, fue elaborada por Teasdale en 1974 para proporcionar un método simple y fiable de registro y monitorización del nivel de conciencia en pacientes con traumatismo craneoencefálico. Originalmente, se desarrolló como una serie de descripciones de la capacidad de apertura ocular y de repuesta motora y verbal 2 . En 1977, Jennett y Teadsle asignaron un valor numérico a cada aspecto de estos tres componentes y sugirieron sumarlos para obtener una única medida global 3 , la escala de coma de Glasgow, tal y como la conocemos hoy, en la cual “leve” corresponde a valores que van de 13 a 15, “moderada” de 9 a 12 y “grave” de 3 a 8 puntos. Los sujetos con calificaciones menores de “8” están en coma.


INTERPRETACIÓN:
De acuerdo con la puntuación obtenida, a los pacientes se los clasifica como:

  1. -  TCE leve:14-15
  2. -  TCE moderado: 9-13
  3. -  TCE severo: igual o menos de 8, de mal pronóstico, requiere: intubación y reanimación inmediata.

Se debe tener en cuenta que existen una serie de limitaciones para aplicar la escala, como:

  • Edema de párpados.
  • Afasia.
  • Intubación traqueal.
  • Inmovilización de algún miembro.
  • Tratamiento con sedantes y relajantes.


Técnica:
  • Identificar al paciente.
  • Higiene de las manos, según PD-GEN-105
  • Colocar al paciente en posición cómoda.
  • Valorar:

1.-Respuesta ocular. El paciente abre los ojos: o  De forma espontánea: hay apertura ocular sin necesidad de estímulo, indica que los mecanismos excitadores del tronco cerebral están activos. 
  • Los ojos abiertos no implica conciencia de los hechos. “Puntuación 4”.
  • A estímulos verbales: a cualquier frase, no necesariamente una instrucción. “Puntuación 3”
  • Al dolor: aplicando estímulos dolorosos en esternón, en la base del esternocleidomastoideo, en el lecho ungueal etc. (no debe utilizarse presión supraorbitaria). “Puntuación 2”.
  • Ausencia de respuesta: no hay apertura ocular. “Puntuación 1”.
2.-Respuesta verbal. El paciente está:
  • Orientado: Debe saber quien es, donde está y por qué está aquí y en que año, estación y mes se encuentra. “Puntuación 5”.
  • Desorientado/confuso: responde a preguntas en una conversación habitual, pero las respuestas no se sitúan en el tiempo o espacio. Lo primero que se pierde es la situación del tiempo, luego del lugar y por último la persona. “Puntuación 4”.
  • Incoherente: no es posible llevar a cabo una conversación sostenida; reniega y grita. “Puntuación 3”.
  • Sonidos incomprensibles: emite lamentos y quejidos sin palabras reconocibles. “Puntuación 2”.
  • Sin respuesta: no hay respuesta verbal. “Puntuación 1”.
3.-Respuesta motora. El paciente:
  • Obedece órdenes (por ejemplo levantar el brazo, sacar la lengua etc.) “Puntuación 6”.
  • Localiza el dolor: a la aplicación de un estímulo doloroso con un movimiento  deliberado  o intencionado. “Puntuación 5”.
  • Retirada al dolor: a la aplicación del  estímulo,  el  sujeto  realiza respuesta de retirada. “Puntuación 4”.
  • Flexión  anormal:  frente  al estímulo  el  sujeto  adopta  una postura de flexión de las extremidades superiores sobre el tórax, con abducción de las manos. “Puntuación 3”.
  • Extensión anormal: ante el estímulo el sujeto adopta postura extensora de las extremidades superiores e inferiores. Existiendo rotación interna del brazo y pronación del antebrazo. “Puntuación 2”.
  • Sin respuesta: “Puntuación 1”.

Los componentes seleccionados registran las respuestas tanto de la corteza cerebral como del troncoencéfalo (SRAA), principales responsables de las conductas de vigilia, pero la escala no incluye otras formas de medida de función del troncoencéfalo y profundidad del coma, como son los reflejos pupilares y movimientos oculares. Aunque este aspecto fue muy criticado en su origen, los autores insistieron en que la escala es una medida del nivel de conciencia y no de la severidad del daño cerebral 4 .

Desde entonces, ha sido ampliamente utilizada en traumatismos craneoencefálicos y se ha aplicado a otros cuadros neurológicos (ictus, hemorragia intraparenquimatosa, hemorragia subaracnoidea) y comas de etiología no traumática. En el contexto de lesión traumática, su uso ha ido más allá de las intenciones originales y está siendo utilizada como instrumento de triaje y predictor pronóstico. Incluso, se está utilizando como criterio estándar para la validación de nuevas escalas y métodos para cuantificar el nivel de conciencia, así como, en numerosos proyectos de investigación.

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